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Retos educativos del diseño de información


Presentada como una disciplina relativamente nueva, el diseño de la información ha surgido al calor de los tiempos actuales, que exigen esfuerzos específicos a la hora de presentar y distribuir la información dispuesta para ser compartida y difundida.


A la luz de ciertos problemas como la “infoxicación”, producto de la multiplicación de datos, fuentes, velocidad de transmisión, desde los campos del Diseño y la Arquitectura de la Información se han desarrollado estrategias para organizar, seleccionar y presentar la información de manera adecuada para su comprensión. Este artículo se ocupa de abordar algunos aspectos del fenómeno expuesto.

Desafíos del caudal informativo

A lo largo de las últimas décadas el Diseño de Información (InfoDesign) se ha ido perfilando como un área estratégica de las producciones visual-verbales del Diseño Gráfico contemporáneo, donde se combinan y resignifican campos tan disímiles como los sistemas de representación científica, la comunicación periodística, la generación de documentos públicos y privados, la elaboración de contenidos y materiales educativos, etc.
Suele decirse que en el último decenio se ha generado más información que en todos los años anteriores de la historia de la humanidad; pero, a su vez, dicha información se encuentra desigualmente distribuida.

Muchos coinciden en diagnosticar las tendencias dominantes de la actualidad a partir de una ‘saturación informativa’, producto de la convivencia –que puede tomar la forma de una yuxtaposición o superposición no siempre armónicas– de datos, informaciones, comunicaciones por diferentes medios, como la televisión, la prensa, la radio, los libros, la web. Por ello, se alude a los individuos contemporáneos como aquéllos que se encuentran crecientemente “hiperconectados”.
Como indica Esteban Javier Rico, “Richard Saul Wurman acuñó el término ‘ansiedad informativa’ para describir el sentimiento que se apodera de la gente al enfrentarse a esa infinita cantidad de datos. A medida que el mundo se vuelve más y más interconectado, este sentimiento sólo puede empeorar, hasta que logremos dar con medidas eficaces para afrontarlo”.

Considerada como una forma de comunicación cuya peculiaridad es la preeminencia de la gráfica, la comunicación visual incluye desde la gestualidad inscripta en los cuerpos hasta las señales de tránsito, pasando por las imágenes de la televisión, las obras de arte, las fotos capturadas por una cámara digital... En pocas palabras: todo lo que vemos forma parte de este campo, que en tiempos actuales aparece redefinido por la emergencia de un lenguaje visual global, con fuerte protagonismo de Internet como forma de comunicación, sobre todo, gráfica. “Hasta el advenimiento de la era informática -explica Visentin- el mundo estaba repleto de productos y bienes tangibles, no existían casi los productos inmateriales. La era de la información y las telecomunicaciones, diferente a la época industrial, trajo consigo el aumento en la circulación y comercialización de bienes inmateriales e intangibles, esto es, bienes 'cargados' de información. De la necesidad de comprender estos bienes surge, entre otras, el diseño de información como disciplina”.


El diseño de información en la web 2.0

Internet significa hoy mucho más que una nueva herramienta tecnológica: la web se ha convertido en un espacio de intervención social y cultural que en los últimos años ha transformado el escenario de diversas actividades, entre ellas la educación. Por eso hay quienes afirman que Internet debe contarse entre los servicios básicos indispensables para el desarrollo cotidiano.

En este sentido, dentro de un contexto signado por la centralidad creciente de las denominadas Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC), la cuestión del ‘acceso’ se vuelve insoslayable: ¿cómo es posible facilitar el acceso a determinada información que transita por las redes? Dicho interrogante se relaciona estrechamente con los modos de elaboración, puesta en circulación y consumo en Internet. Si, como afirma Wurman, “la información es poder”, es preciso que se garantice el derecho de todo ciudadano a acceder a datos e información públicos.

Ahora bien, no se trata de concebir a los destinatarios (usuarios, ciudadanos, público en general) como receptores de mensajes producidos y acabados en instancias previas y desconectadas del proceso de descodificación, según la perspectiva que pone el énfasis en las acciones de diseñadores y visualizadores de contenidos como encargados exclusivos de la recolección de datos, análisis y presentación de los mismos. Dicho enfoque estaría reproduciendo la escisión entre ciudadanía e información, por medio del establecimiento de una nueva élite representada por quienes se ocupan de diseñar y visualizar la información.

En sintonía con los principios de la Web 2.0, un universo donde los wikis, los foros, blogs y spaces configuran nuevas formas de vincularse con la información, nuevos perfiles de usuario y, en definitiva, posibilidades de interacción inéditas, uno de los desafíos radica en convertir al destinatario en un sujeto activo, capaz de generar instancias para la creación colectiva de conocimiento.

El protagonista de la Web 2.0 es, sin dudas, el usuario que escribe artículos en sus blogs o colabora en un wiki. Como el punto de enfoque de las aplicaciones es el usuario final de la información, se suele afirmar que, más que una tecnología, la Web 2.0 es una actitud.

A partir de las transformaciones en la técnica dominante y de la relación de la sociedad con las matrices tecnológicas que se configuran históricamente, la educación y los modos de construcción de conocimiento no permanecen ajenos a los cambios culturales de los tiempos actuales, signados por la consolidación de la Web 2.0 en diversas prácticas cotidianas.

La posibilidad de cada uno de crear contenidos propios y difundirlos a través de Internet, la participación y la constante sensación de estar interrelacionados, la liberación del contenido para que pueda ser usado por otros, mezclado, modificado, reinventado, son procesos que suponen una forma de concebir y gestionar el conocimiento que difiere de épocas anteriores y de otros espacios educativos.

La Web en la era del 2.0 permite escribir textos en Internet y publicarlos al instante sin mayores restricciones materiales que las de poseer una conexión y estar digitalmente alfabetizado [1], posibilita subir fotos y abrir el mundo privado al entorno virtual que desde cada pantalla parece infinito. La web facilita la introducción de comentarios, opiniones y valoraciones acerca de escritos 'ajenos', y posibilita personalizar, por medio de una serie de herramientas, el diseño web. Todo en la fluidez de un click.

Según Juan Ignacio Visentin, “desarrollos como el vizlab.nytimes.com, citymurmuitn.org y gapminder.org permiten y facilitan la implicación del usuario definiendo parámetros, seleccionando datos y/o variables, incorporando series propias de datos, entre otros”.

Principales aportes del Infodesign

Hoy cobra importancia preguntarse cuál es la relevancia de la comunicación visual; qué implica facilitar la visualización de la información; cómo es posible favorecer la construcción colectiva y democrática del conocimiento en entornos virtuales. Campos como el Infodesign, la Arquitectura de la Información, el diseño de contenidos ingresan, en este punto, al epicentro de las discusiones.

“Las visualizaciones e infografías –destaca Visentin– no parten de la nada sino que están relacionadas incesante y constantemente unas a otras con sus antecesoras. Esta remezcla o ‘remix’ de informaciones y comunicaciones, como toda post-producción, favorece a la fusión de dos nociones otrora bien definidos (y separados): producción y consumo. El consumo (el uso de las formas) es también un modo de producción; o sea, el uso implica interpretación conduciendo así directamente a la reinterpretación, dando lugar a la reapropiación del objeto de consumo”.

En este sentido, “el information design es una disciplina transversal que reúne a comunicadores, diseñadores gráficos, arquitectos de la información, profesionales de las interfases, psicólogos sociales y educadores, con el objetivo de transformar la información compleja en información comprensible y útil para un determinado lector. Desde la transformación de largas series de cifras en un gráfico de curvas, de barras, o de torta (según corresponda, porque cada gráfica tiene una función específica y a cada una se adaptan determinadas series numéricas) a la transformación de un procedimiento en un diagrama de flujo o una imagen que nos permita identificar las partes del motor de un auto o una infografía que nos permita comprender cómo ocurrió un accidente, todos estos productos requieren por parte de su autor un análisis particular acerca de cómo serán leídos (cuáles son sus efectos potenciales), por quiénes (cuál será su audiencia) y con qué finalidad. No hay fórmulas ni diseños universales. Más bien, para poder garantizar una efectiva transmisión de la información, cada caso requiere un análisis específico por parte de un profesional del diseño de la información” (Leonardi).

El diseño de la información [2], por lo tanto, puede constituirse como una ayuda fundamental para el aumento de la capacidad de comprensión del conjunto disperso de datos que cotidianamente circulan. “El diseño de información (DI) tiene la ardua tarea de metabolizar, de analizar, de estudiar y de poner en común determinado tipo de información, y hacerla accesible psicológica y perceptualmente”, señala Juan Ignacio Visentin acerca de la circulación de la información, los saltos cognitivos y neurobiológicos y los desafíos actuales del diseño informacional.

El diseño de la información, en este sentido, es capaz de ponerse al servicio de la inteligibilidad de todo aquello que nos rodea. Concebido como un nuevo espacio de intervención del diseño, que implica una mirada hacia la organización de información para generar experiencias de conocimiento en los más diversos dominios (desde la investigación y la enseñanza hasta el entretenimiento), el diseño de la información cumple la tarea primordial de presentar el conocimiento y la comunicación de acuerdo con los parámetros colaborativos del entorno digital, que están orientadas a propiciar una navegación más autónoma por parte de sus usuarios.


La educación y el diseño de la información


Siguiendo esta línea, ¿cuál es la importancia del desarrollo del campo del diseño de la información, junto con el de las nuevas tecnologías, con relación a las posibilidades que representan para la educación? No se trata de aportes limitados a la forma de mostrar determinada información, sino de una completa redefinición del proceso de construcción de conocimiento.

Como esclarece Mara Leonardi, “lo que se perfila en el information design es el refuerzo de un modelo cognitivo particular, uno en el cual se privilegia la imagen y cierto tipo de inteligencia espacial, en términos de Howard Gardner. Por eso, la medida de la efectividad de sus productos no puede ser un parámetro universal. Diversas culturas cuentan con un desarrollo de la inteligencia espacial o una educación estética y visual diferente, incluso, las diferencias entre individuos al interior de una misma cultura pueden llegar a ser abismales (y no sólo dependen del grado de alfabetización sino de también de otras variables como el grupo etario o sociocultural).

En nuestros días el information design constituye todavía un campo en construcción que se está moviendo claramente hacia la estandarización de sus principales líneas y la identificación de sus principales inquietudes y problemas. Comienza a perfilarse como una disciplina de gran importancia en la era de la hiperinformación y sus productos pueden resultar de gran ayuda para los usuarios tanto a nivel de la vida social como de los quehaceres cotidianos. Esto siempre y cuando el infodesign acepte el desafío complejo que representa la necesidad de conocer e identificar las competencias de sus audiencias. Un desafío en el que también las ciencias de la comunicación, la educación y las nuevas tecnologías tienen una importante responsabilidad”.


Notas

[1] Hoy es posible hablar de la convivencia de distintos tipos de alfabetización: inicial, informática, audiovisual, multimedia, digital, múltiple... y la lista continúa. La alfabetización digital forma parte del marco más amplio de la alfabetización general, es decir, de los saberes y habilidades que el individuo debe poseer para poder desarrollarse social y laboralmente. Al introducir las transformaciones causadas por el desarrollo y expansión de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y las prácticas y lenguajes a ellas asociadas, la alfabetización digital ha problematizado en gran medida el concepto de alfabetización. Este nuevo tipo de alfabetización se refiere al uso de entornos digitales y al manejo de información en formato digital y electrónico. El ámbito específico donde se lleva a cabo la alfabetización digital es el de las nuevas tecnologías.

[2] “No necesariamente el DI ha de estar asociado a lo digital, ni tampoco a lo estrictamente visual. Obviamente que hoy el mundo se ha "digitalizado" de tal manera que lleva a algunos a definir esta disciplina desde un ámbito digital, dejando de lado lo analógico, pero en esencia la información no es exclusivamente digital y/o analógica; la información, como bien diría Wiener, no es materia ni energía, es información, lo cual no hace más que reconocer su particular naturaleza. En última instancia, el ojo es el principal receptor de estímulos, por lo cual siempre nos esforzaremos en tratar de visualizar todo lo que nos rodee” (Visentin).


A lo largo del desarrollo de la vida del hombre, los medios de comunicación han constituido un papel importante dentro de éste. Estos han contribuido, desde un principio, a acercar más a la gente, en el sentido que se ha ido facilitando, cada vez más, la comunicación y la información. Lo anterior se puede ver reflejado desde el invento de la radio, teléfono, televisión, fax, teléfonos celulares, satélites, Internet, entre otros. Estos medios de comunicación al situarlos en una línea de tiempo, muestran una gran evolución tecnológica que ha permitido superar fronteras.

Pero ¿qué es la comunicación? ¿estos medios han cumplido realmente su objetivo? Comunicar, etimológicamente, se refiere a compartir o intercambiar. Se trata de un proceso de interacción o transacción entre dos o más elementos de un sistema. Es decir, se puede entender como un proceso de transmisión de estructuras entre las partes de un sistema que son identificables en el tiempo o en el espacio; o como un mecanismo por medio del cual existen y se desarrollan las relaciones humanas, es decir, todos los símbolos de la mente junto con los medios para instituirlos a través del espacio y presentarlos en el tiempo. Según Berlo, el objetivo primero de la comunicación es alterar la relación original que existe entre el hombre y su medio circundante; entonces el hombre se comunicaría para influir intencionalmente en los otros a través de la emisión de un mensaje, y como esta intención es inconsciente, difícilmente se podría dejar de comunicar.

Actualmente, existen muchas fuentes de información y medios de comunicación; entre ellos, terminales telefónicas, cuya red está creciendo a un ritmo del 10%, no en términos de teléfonos móviles, que crecen a un 30% o 40%, Internet está creciendo a un ritmo de 80% o 100% desde 1998 y sigue creciendo al mismo ritmo. Posiblemente más allá del 2010, más de la mitad de la población mundial estará presente en Internet, es decir, que dentro de seis años Internet tendrá una dimensión comparable a la de la infraestructura telefónica existente en el mundo.

Debido a su avasallador avance, se podría decir que Internet no constituiría un simple medio de comunicación más en el mundo, ya que diariamente éste abarca además a la televisión, la radio y la telefonía celular, lo que lo constituye un medio de comunicación versátil y múltiple. De hecho, hoy en día se pide que Internet transporte vídeo, telefonía y otras formas de información; el sonido, por ejemplo.

Han pasado los años, la Red tiene mucha más capacidad y se puede transmitir sonido de mayor calidad, y hoy día hay unas 8.000 cadenas de radio que transmiten por Internet. El sonido ya no viaja por el aire sino por la Red, todo girará en torno a los protocolos de Internet: la televisión, la radio, la telefonía, con esto no se quiere decir que estos medios desaparezcan, todo lo contrario, aumentarán y serán transportados por Internet.

De la misma forma, la telefonía celular se está apoyando en el protocolo WAP, un estándar promovido por Nokia, Ericsson, Motorola y Unwired Planet y al que se han sumado más de 200 empresas en todo el mundo, que permite la conexión de las redes GSM con Internet. Esto permite acceder a Internet por medio del teléfono celular, en cuanto a los contenidos, serán tantos como los que se puedan encontrar en la Red: noticias, información meteorológica, bolsa, telebanca, reserva, telecompra, etc.

De acuerdo a lo anterior, se podría decir que los medios de comunicación actuales, refiriéndonos exclusivamente a Internet, sí cumplen un proceso de interacción o transacción básico en la comunicación, desempeñando además los objetivos de ésta señalados por Berlo, es decir, Internet logra que el hombre se comunique influyendo intencionalmente en los otros a través de la emisión de diversos tipos de información. Y como esta intención es inconsciente, siempre existiría la comunicación, lo que hace alusión además al primer axioma de la Teoría de la Comunicación Humana de Watzlawick, el que plantea que existe una imposibilidad de no comunicarse, “dado que no existe nada que no sea conducta, cualquier interacción implica un compromiso con el otro y una definición de la relación; aún el silencio o la inmovilidad constituyen una forma de comunicación”
Las Tecnologías de la Información y las Comunicación (TIC) son incuestionables y están ahí, forman parte de la cultura tecnológica que nos rodea y con la que debemos convivir. Amplían nuestras capacidades físicas y mentales. Y las posibilidades de desarrollo social.

Incluimos en el concepto TIC no solamente la informática y sus tecnologías asociadas, telemática y multimedia, sino también los medios de comunicación de todo tipo: los medios de comunicación social ("mass media") y los medios de comunicación interpersonales tradicionales con soporte tecnológico como el teléfono, fax...

Cambiantes, siguiendo el ritmo de los continuos avances científicos y en un marco de globalización económica y cultural, contribuyen a la rápida obsolescencia de los conocimientos y a la emergencia de nuevos valores, provocando continuas transformaciones en nuestras estructuras económicas, sociales y culturales, e incidiendo en casi todos los aspectos de nuestra vida: el acceso al mercado de trabajo, la sanidad, la gestión burocrática, la gestión económica, el diseño industrial y artístico, el ocio, la comunicación, la información, la manera de percibir la realidad y de pensar, la organización de las empresas e instituciones, sus métodos y actividades, la forma de comunicación interpersonal, la calidad de vida, la educación... Su gran impacto en todos los ámbitos de nuestra vida hace cada vez más difícil que podamos actuar eficientemente prescindiendo de ellas .

Sus principales aportaciones a las actividades humanas se concretan en una serie de funciones que nos facilitan la realización de nuestros trabajos porque, sean éstos los que sean, siempre requieren una cierta información para realizarlo, un determinado proceso de datos y a menudo también la comunicación con otras personas; y esto es precisamente lo que nos ofrecen las TIC.


Fácil acceso a todo tipo de información, sobre cualquier tema y en cualquier formato (textual, icónico, sonoro), especialmente a través de la televisión e Internet pero también mediante el acceso a las numerosas colecciones de discos en soporte CD-ROM y DVD: sobre turismo, temas legales, datos económicos, enciclopedias generales y temáticas de todo tipo, películas y vídeos digitales (se están digitalizando en soporte DVD toda la producción audiovisual), bases de datos fotográficas...

La información es la materia prima que necesitamos para crear conocimientos con los que afrontar las problemáticas que se nos van presentando cada día en el trabajo, en el ámbito doméstico, al reflexionar…

- Instrumentos para todo tipo de proceso de datos. Los sistemas informáticos, integrados por ordenadores, periféricos y programas, nos permiten realizar cualquier tipo de proceso de datos de manera rápida y fiable: escritura y copia de textos, cálculos, creación de bases de datos, tratamiento de imágenes... Para ello disponemos de programas especializados: procesadores de textos, editores gráficos, hojas de cálculo, gestores de bases de datos, editores de presentaciones multimedia y de páginas web..., que nos ayudan especialmente a expresarnos y desarrollar nuestra creatividad, realizar cálculos y organizar la información


- Canales de comunicación inmediata, sincrónica y asíncrona, para difundir información y contactar con cualquier persona o institución del mundo mediante la edición y difusión de información en formato web, el correo electrónico, los servicios de mensajería inmediata, los fórums telemáticos, las videoconferencias, los blogs y las wiki...


- Almacenamiento de grandes cantidades de información en pequeños soportes de fácil transporte (pendrives, discos duros portátiles, tarjetas de memoria...). Un pendrive de 1 Gbyte puede almacenar alrededor de un mil millones de caracteres, un volumen equivalente a mil libros de cientos de páginas y a miles de fotografías de calidad media. Y un disco duro portátil de 200 Gbytes, puede almacenar muchos largometraje con buena calidad de imagen.


- Automatización de tareas, mediante la programación de las actividades que queremos que realicen los ordenadores, que constituyen el cerebro y el corazón de todas las TIC. Ésta es una de las características esenciales de los ordenadores, que en definitiva son "máquinas que procesan automáticamente la información siguiendo las instrucciones de unos programas".


- Interactividad. Los ordenadores nos permiten “dialogar” con programas de gestión, videojuegos, materiales formativos multimedia, sistemas expertos específicos... Esta interacción es una consecuencia de que los ordenadores sean máquinas programables y sea posible definir su comportamiento determinando las respuestas que deben dar ante las distintas acciones que realicen ante ellos los usuarios.


- Homogeneización de los códigos empleados para el registro de la información mediante la digitalización de todo tipo de información: textual, sonora, icónica y audiovisual. Con el uso de los equipos adecuados se puede captar cualquier información, procesarla y finalmente convertirla a cualquier formato para almacenarla o distribuirla. Así por ejemplo, hay programas de reconocimiento de caracteres que leen y convierten en voz los textos, programas de reconocimiento de voz que escriben al dictado, escáneres y cámaras digitales que digitalizan imágenes...


- Instrumento cognitivo que potencia nuestras capacidades mentales y permite el desarrollo de nuevas maneras de pensar.

De todos los elementos que integran las TIC, sin duda el más poderoso y revolucionario es Internet, que nos abre las puertas de una nueva era, la Era Internet, en la que se ubica la actual Sociedad de la Información. Internet nos proporciona un tercer mundo en el que podemos hacer casi todo lo que hacemos en el mundo real y además nos permite desarrollar nuevas actividades, muchas de ellas enriquecedoras para nuestra personalidad y forma de vida (contactar con foros telemáticos y personas de todo el mundo, localización inmediata de cualquier tipo de información, teletrabajo, teleformación, teleocio...). Y es que ahora las personas podemos repartir el tiempo de nuestra vida interactuando en tres mundos: el mundo presencial, de naturaleza física, constituido por átomos, regido por las leyes del espacio, en el que hay distancias entre las cosas y las personas; el mundo intrapersonal de la imaginación y el ciberespacio, de naturaleza virtual, constituido por bits, sin distancias.

CIRCUNSTANCIAS QUE LIMITAN LA EXPANSIÓN DE LAS TIC

Las TIC, fruto del desarrollo científico, influyen a su vez en su evolución, contribuyendo al desarrollo socioeconómico y modificando el sistema de valores vigente. Aunque, como dice Sáez Vacas (1995), "la tecnología cambia rápidamente hasta la forma como vivimos, pero en cambio nuestras propias concepciones del mundo se modifican con pereza".

Por otra parte, aún queda camino por recorrer hasta que las TIC constituyan un instrumento "convivencial" en el sentido que lo enuncia Ivan Illich: instrumento que se puede manipular sin dificultad, no constituye el monopolio de una única clase de profesionales, repeta la autonomía personal y no degrada el entorno físico (p.e. el teléfono)

La expansión de las TIC en todos los ámbitos y estratos de nuestra sociedad se ha producido a gran velocidad, y es un proceso que continua ya que van apareciendo sin cesar nuevos elementos tecnológicos. La progresiva disminución de los costes de la mayoría de los productos tecnológicos, fruto del incremento de los volúmenes de producción y de la optimización de los procesos fabriles, se deja sentir en los precios y nos permite disponer de más prestaciones por el mismo dinero, facilitando la introducción de estas potentes tecnologías en todas las actividades humanas y en todos los ámbitos socioeconómicos.

Forma parte de la responsabilidad social de las organizaciones en general, y de las universidades en particular, el desarrollar acciones que favorezcan un desarrollo sostenible. No es sólo una necesidad sentida en el planeta sino un compromiso que se generaliza cada vez más. Claro está que este buen propósito tiene como presupuestos que:

a- Se rechace la posición de Milton Friedman sobre el concepto de responsabilidad social, según la cual las organizaciones no deben pretender asumir obligaciones que no les corresponde y que vayan más allá de aumentar sus ganancias;

b- Las universidades desarrollen líneas de acción que le son propias y que se enmarcan muy bien en consensos internacionales sobre la materia. Por ejemplo, lo acordado en la Declaración del Milenio del año 2000, en la cual se consignan ocho objetivos que deberán ser cumplidos en el año 2015 por los 188 países firmantes, entre ellos Colombia. Los objetivos básicos a los cuales hace referencia esta Declaración, apoyada y coordinada por la Naciones Unidas, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la OCDE apuntan: a erradicar la pobreza extrema y el hambre; lograr la educación universal; alcanzar la igualdad de los géneros; reducir la mortalidad de los niños; mejorar la salud materna; combatir el VIH/SIDA; alcanzar la sotenibilidad del medio ambiente y fomentar una asociación mundial;

c- Tener un concepto claro de las exigencias del desarrollo sostenible a saber: la satisfacción de la necesidades fundamentales de la población, la protección de los recursos naturales mediante el empleo de tecnología limpias, no emprender acciones o políticas que sacrifiquen las generaciones presentes y futuras; y, sobre todo, facilitar la construcción de una sociedad centrada en lo humano, en la justicia y en el respeto a los derechos.
En esta dirección la responsabilidad social de las universidades en el medio latinoamericano conlleva un replanteamiento de sus formas de operación que ya viene siendo discutido en los foros internacionales a partir de los acentos puestos por la Conferencia Mundial de la Educación Superior (UNESCO/2009). Los tópicos centrales apuntan a la necesidad de incorporar en los esquemas de formación integral que brindan las universidades: buscar como objetivos de formación, además de la capacitación profesional de los estudiantes, el que éstos desarrollen competencias para afrontar difíciles situaciones de cambio y de incertidumbre; incrementar su capacidad para ubicar su disciplina en el campo de los problemas del desarrollo sostenible para poder hacer uso de ella de modo creativo e intensivo en la solución de problemas; y desarrollar la habilidad para trabajar con diferentes disciplinas lo cual los prepara para el trabajo interdisciplinario.

En sentido contario, encontramos con frecuencia en las universidades currículos poco flexibles centrados en el culto a la especialización; una ausencia de análisis en formación básica de los problemas del medio ambiente; inexistencia de trabajos de expertos entre las diversas facultades o centros de investigación; predominio de una doble cultura según la cual ser científico incluye la desvalorización de campos del conocimiento relacionados con la conducta humana y de sus efectos sobre la naturaleza; o, en el caso contrario, desconocimiento por parte de los humanistas de que la ciencia forma parte de la cultura. En el extremo, podemos encontrar Instituciones de Educación Superior (IES) en la cuales la problemática asociada el desarrollo sostenible es inexistente; como lo es la conciencia institucional de su responsabilidad frente a la sociedad y su destino. Para ellos, el cumplir con la Ley, ser fieles a su “misión desencarnada” y desentenderse de cumplir y dar respuesta a las expectativas que la sociedad tienen frente a ellas constituye lo central de su operación. Con ello, lo que queda por fuera de su interés es la “responsabilidad social de la universidad”.

Esta responsabilidad implica que las IES asuman críticamente su posición como espacios de formación del capital humano de cada país; que el desarrollo sostenible es una tarea de todos; que la responsabilidad social forma parte de la formación ética de los futuros profesionales y que, por lo tanto, es urgente que el proyecto académico de la institución debe estar acompañado de una estrategia de formación en materia de responsabilidad frente a la construcción del desarrollo sostenible necesario para el futuro de quienes han de venir.
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